Triunfo de principio a fin de un C.D. Mirandés mermado que volvió a demostrar crecerse ante las adversidades; doblete de Alejandro Marqués.

Con apenas diez futbolistas de la primera plantilla. Con una semana llena de adversidades, contratiempos y malas noticias. Pero en el ADN de este C.D. Mirandés viene implícito el no caerse jamás. Más bien todo lo contrario.
Y lo hizo. Se levantó. Creció. Dominó. Y ganó. Con un doblete espectacular de un Alejandro Marqués que tiró de efectividad para poner por delante a los suyos en los primeros compases y sentenciar apenas a diez del final. Nunca peligró el marcador.
Arrancó el partido con dominio visitante. Línea de cinco en ambas escuadras y la posesión para el Real Zaragoza. Dominaba en la medular pero sin demasiado peligro a partir de tres cuartos. Tampoco los rojillos, pero una les bastó para ponerse por delante. Centro por la derecha de Roro en una internada marca de la casa y Marqués, de cabeza acolchándose casi con las rodillas en el suelo para dentro. Minuto 13. 1-0. Y ahora a jugar con la ventaja.
Lo interpretó perfecto el conjunto de Lolo Escobar. Seguía sin hacerse dueño del partido, con más razón ahora ante un Real Zaragoza volcado en busca de una igualada rápida, pero con nervios también en sus decisiones. Tantos que una patada al aire de Vada contra Capellini provocó la expulsión directa -y justa- del jugadores visitante. Corría el 37 y el devenir del encuentro, al menos en cuanto a juego, cambiaba totalmente.
Se llegó al descanso con la diferencia mínima y sin ocasiones por uno ni otro bando tras esa expulsión. Restaba el segundo acto, pero las cosas pintaban bien en el primer espectáculo del año del C.D. Mirandés en Anduva.
Cambió el rumbo por completo en la segunda mitad. Mismo esquema de cinco atrás con la entrada de Iago López por el sancionado Sanchís, pero ahora el C.D. Mirandés jugaba con balón. Interpretó perfecto cada tempo del partido. Y ahora tocaba ganar con balón. Pero además, tuvo la valentía de llevar siempre peligro a la portería de Cristian Álvarez para ampliar la ventaja. El Real Zaragoza, ni se asomó, más allá de un tímido disparo de volea de Narváez.
El 2-0 pudo llegar en el zapatazo de Gelabert al larguero. Minuto 59, balón franco a la media luna del área y bombazo directo al travesaño. Lo hizo retumbar. Más flojito fue el remate de cabeza de Brugui diez minutos después. Pero llevó el mismo destino. Sutil, tirando de los muelles de sus botas. ¡Otro larguero!
Y en el 78, Alejandro Marqués se dejó de avisos. Segunda que tuvo, a la cazuela. De nuevo de cabeza, esta vez por encima de todo el mundo. Saltó más que nadie para cumplir a raja tabla los tiempos de vuelo. Y el cabezazo, cruzado, inapelable. Era la sentencia.
Los últimos diez de partido fueron placenteros, porque también aquí los rojillos supieron dormir la contienda. Victoria en Anduva para empezar el año. Portería a cero y dos goles en un ambiente rojillo que llevó en volandas a nuestros jabatos.