La banda burgalesa vuelve a la carga con ‘Antípodas’, a la venta desde el 4 de marzo, y lo celebra este sábado con un directo en acústico, en dos pases, y un vermú en el Golden Rock&Beer.

Hay canciones que se pegan, como el alquitrán que se filtra y se estira. En Burgos o en Waipawa (Nueva Zelanda), a unos 20.000 kilómetros de distancia. Estarán en las Antípodas, pero Lobocordero sabe que la música no entiende de fronteras. Lo que importa es la esencia, la capacidad de seducir a través de un estribillo y enganchar en cada estrofa. El mérito reside en dar con la fórmula exacta para que un disco atrape de principio a fin, y la banda burgalesa lo consigue de pleno con su cuarto álbum de estudio.
Se han hecho de rogar por la dichosa pandemia, pero ya están de vuelta. Paco Juez (voz y guitarra), Gonzalo Cantero (batería), Luismi García (guitarra y coros) y Jorge Ortega (bajo) presentan este sábado, 5 de marzo, su esperado LP en La Zona Galáctica (calle de Valladolid, 11) a partir de las 12 horas. Tal fue la acogida de sus tres singles a modo de aperitivo que no les ha quedado más remedio que ofrecer un segundo pase, a las 12:30, antes del vermú previsto en el Golden Rock&Beer a continuación.
La cuenta atrás ha comenzado. Antípodas sale a la venta en formato físico el viernes 4 de marzo y también estará disponible en plataformas digitales. Puro romanticismo frente al amor de pulgar que tanto arrecia en nuestras pantallas de usar y tirar. En términos generales, la fórmula pop-rock que siempre ha caracterizado al grupo se mantiene prácticamente intacta. Sin embargo, la evolución es palpable. Más guitarras, más pasión, más templanza y, sobre todo, las mejoras letras de una voz inconfundible en la escena burgalesa.
Sincerarse conlleva asumir que uno tiene el estilo y la clase para saber que es el momento de tirar la toalla y seguir en pie. Para ser un campeón, lo más importante es mantener los pies en la tierra sin renunciar a los sueños. Mirar hacia el abismo, saltar hasta romper el suelo y buscar nuevos horizontes. Para esta nueva aventura, nadie mejor que Checa con sus seis cuerdas afinadas para el mejor de los directos.

De aquí a septiembre, y más allá, Lobocordero quiere dar la última nota del baile mientras el alba asoma. Llegó el momento de saltar, de sonreír, de disfrutar de esas noches románticas que el Covid nos ha negado durante dos años. Desde la sala de espera, ubicada en La Puerta Negra de Jorge Matute, empezó a cocerse un trabajo a fuego lento, grabando bajo y batería, que gana enteros con las colaboraciones de Javier Moreno al piano y Andrea Garcy a la voz. La guinda del pastel, entre guitarras, producción y mezcla, ha corrido a cargo de Javi Nadye en La Caverna Estudios de Leganés.
Con la tormenta a punto de estallar y la sirena varada cumpliendo condena, Antípodas navega por las frías aguas del río Arlanzón contra viento y marea. Las musas viajan en su barco y lo mismo da que salga o no el sol. También la realidad, aunque a veces duele, porque la música sin mensaje pronto se olvida. Por eso, tal y como advierte Paco en el último tema, quizá haya llegado el momento de despertar.
Tras esta primera toma de contacto, Lobocordero emergerá en eléctrico el 2 de abril en la sala Siesta Brewing Co. Tanto las entradas como los discos se pueden adquirir en Barrio 07, La Zona Galáctica, Golden Rock&Beer, Gato Encerrado Records (online) y Entradium (solo entradas).