La aceleradora lanza la II edición de DESAFÍO industrial, un programa de retos que investiga propuestas para conseguir plantas industriales más eficientes y sostenibles.

Tras el éxito de la edición de 2019, POLO positivo, la primera aceleradora de proyectos industriales en España, lanza la convocatoria del II DESAFÍO industrial. En esta ocasión, se dirige al mejor proyecto que permita reducir la huella de CO 2 y los costes energéticos de las empresas industriales, en un programa impulsado por entidades líderes como Aciturri, Grupo Antolin, Fundación Caja de Burgos, Gonvarri y Pascual, que buscan el talento capaz para dar respuesta a las necesidades reales de una industria sostenible.
De hecho, la eficiencia y la sostenibilidad marcan la temática de esta segunda convocatoria del DESAFÍO industrial: ‘Gestión Inteligente para la Mejora del Desempeño Energético’. El reto se basa en la implantación de modelos sencillos y escalables en plantas industriales para que estas sean más eficaces y sostenibles. Los socios promotores de POLO positivo piden a los participantes presentar una solución que reduzca la huella de carbono, así como los costes energéticos aplicables al tejido industrial local, nacional e internacional, sobre todo con foco en pymes.
Hacia una industria más respetuosa con el medioambiente
Como explican desde POLO positivo, actualmente muchos procesos industriales generan un impacto perjudicial para el medioambiente por su alto consumo de energía y la emisión de gases de efecto invernadero. Por ello, “las organizaciones promotoras de POLO positivo tenemos un firme compromiso por la sostenibilidad y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por Naciones Unidas”, señala Javier Cuasante, Responsable del Área de Dinamismo Empresarial de Fundación Caja de Burgos.
Cuasante detalla que el II Desafío Industrial persigue proyectos que cumplan con cuatro de los ODS. Por un lado, pretenden cumplir con el Objetivo 7, que garantiza el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna con metas de aquí a 2030 como duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética o promover la inversión en infraestructura energética y tecnologías limpias. Con el mismo horizonte de 2030, el Objetivo 9 es otra de las guías para los aspirantes. Este insta a construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación. También entra en juego el Objetivo 12, que confirma la necesidad de garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, y el Objetivo 13, que invita a adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.